jueves, junio 18, 2009

DISOLVER LOS CONFLICTOS

Todos los seres humanos tenemos dos aspectos que mostrar al mundo:
la cara amable, con todas las cualidades y fortalezas que hemos desarrollado, y el aspecto negativo con todos nuestros defectos, fallas de carácter, e innumerables carencias.
A esto habría que añadir que cuando la parte positiva está muy desarrollada, por lo regular también la sombra es muy poderosa.
La ciencia de la felicidad consiste, en saber alinearse para poder obtener lo mejor que cada ser tiene para dar. Esto se logra solamente cuando somos capaces, de mantener nuestro enfoque, en su lado positivo.

Cuando ocurre lo contrario (percibes reiteradamente sus defectos, no escatimas en la crítica, y rechazas un determinado comportamiento que tú desapruebas) entonces creas la correspondencia exacta para que esa persona descargue en ti toda su negatividad.
Realmente todo depende del lente que tú uses, porque es tu enfoque el que crea las correspondencias.
Tus experiencias siempre responden a una ley cósmica que decreta:
“De lo mismo que tu das, recibes”.
Consideremos por ejemplo el caso de una pareja de enamorados.

Cuando están de novios normalmente los dos se regocijan en las cualidades del otro, y su relación los transporta hasta la cumbre de la felicidad y la armonía.
Sin embargo, en el momento en que comienza su convivencia, empiezan a notar los defectos del compañero, y sus atributos positivos fácilmente pasan a segundo plano.
Entonces la polaridad cambia, y se comienza a atraer lo peor que la pareja tiene para dar, naturalmente en detrimento de la felicidad mutua.
Todo conflicto en las relaciones comienza, con el enfoque de la mente, en un aspecto negativo del otro.

La mente juzga, hace su propia interpretación de lo que ve, y luego condena.
Cuando un patrón mental ha sido creado, la energía fluye en la dirección que se le imprime, hasta devolverse y producir un resultado.
En el caso antes citado las consecuencias serán: perder la paz, y atraer cada vez más sufrimiento.
Con el agravante de que, una vez ese patrón mental queda establecido, será más fácil reciclar desdichas, que cambiar las actitudes ya establecidas.
La crítica y el chisme son un paso más adelante en este proceso de crear conflictos. Cuando la palabra hablada se une al pensamiento negativo, quiere decir que la energía de creación, que hemos emitido, llevará más fuerza. Tarde, o temprano el boomerang que hemos lanzado retornará a su dueño, trayendo consigo una carga negativa, que invariablemente producirá roces, disgustos y molestias.
Te preguntas entonces:

¿por qué nadie me quiere?
¿Por qué mis relaciones están llenas de asperezas y solo recojo incomprensión y agresividad de quienes me rodean?
¡Observa tus pensamientos, y tus palabras!
En tu mente tienes la energía para crear tu realidad.
Si escoges pensar lo peor del otro, atraerás lo peor que él, o ella tiene para dar.
Si reconoces sus valores, y te enfocas en ellos, ocurrirán dos cosas, ambas favorables:
1) Te sentirás bien contigo mismo y
2) Esa persona estará abierta para compartir contigo sus tesoros internos.
No olvides que hasta el criminal más empedernido, hasta el ser más abominable, posee una chispa de luz en su corazón. Concéntrate en reconocer esa chispa, y experimentarás en tu mundo la milagrosa transformación que solo el poder del amor sabe brindar.

La mujer perfecta

Nasrudin conversaba con un amigo.- Entonces, ¿nunca pensaste en casarte?
- Sí, pensé –respondió Nasrudin. – En mi juventud resolví buscar a la mujer perfecta. Crucé el desierto, llegué a Damasco y conocí a una mujer muy espiritual y linda; pero ella no sabía nada de las cosas de este mundo.
Continué viajando y fui a Isfahan; allí encontré a una mujer que conocía el reino de la materia y el del espíritu, pero no era bonita.
Entonces, resolví ir hasta El Cairo, donde cené en la casa de una moza bonita, religiosa y conocedora de la realidad material.
- ¿Y por qué no te casaste con ella?
- ¡Ah, compañero mío! Lamentablemente ella también quería un hombre perfecto…


Paulo Coelho

El amor es de origen divino

Todos queremos ser amados con amor incondicional, eterno, un amor que va más allá de la belleza, la inteligencia y cualquier otra cualidad superficial.
Queremos ser amados simplemente porque "somos".
Todos tenemos una tendencia natural,innata a compartir nuestro amor con otros. Esta preocupación por el amor surge en realidad porque somos seres amorosos, cuyas almas están repletas de conocimiento y dicha.
Aunque en esta encarnación física estamos temporalmente cubiertos por energía material, nuestra naturaleza es divina y estamos siempre en busca del amor venturoso del reino espiritual donde yace nuestra verdadera realización.
Pero siempre algo parece salir mal.
A pesar de nuestra constante búsqueda, generalmente sentimos desilusión, encontrándonos con que nuestra experiencia de amor es temporaria.
Aunque hayamos intentado y fracasado en una variedad de relaciones, persistimos en creer que la persona adecuada está allí en alguna parte.
Por algún motivo parecería que nunca estamos en el lugar apropiado en el momento apropiado.
Muchísimas personas jamás se han sentido verdaderamente amadas, sin embargo el amor es el gran anhelo.
En realidad en las relaciones cotidianas el término amor ha adquirido un significado vago, a menudo la noción de amor es reducida a un mero intercambio físico o al proceso de intercambio buscando obtener gratificación desde y con otro.
Esto no es amor.
Es problema porque buscamos respuestas en los lugares inadecuados. Se ha diluido la dimensión espiritual de la vida.
Una sociedad sin un núcleo espiritual carece del "adhesivo cósmico" para hacer que todo funcione como un engranaje ritmico y preciso.
El amor es ese "adhesivo" que nos liga el uno al otro mientras aprendemos a conocernos y relacionarnos con nosotros mismos, con el otro y finalmente con el Cosmos.
Parece que hoy olvidamos esto.
Aunque la experiencia del amor con frecuencia nos eluda, sabemos que el amor es derecho natural.
A veces lo sustituimos esperando encontrar la felicidad en la riqueza,el prestigio o el poder.
El amor genuino no depende de condiciones externas...
El verdadero amor es divino y no persiste separado de su origen Cosmico....

Sin Sueños No Hay Futuro

Por Ricardo Sala-Núñez

Cuenta Jorge Valdano que un amigo del escritor Eduardo Galeano estaba impartiendo una conferencia en una universidad norteamericana. Terminada la exposición, un estudiante preguntó qué era la utopía. El amigo de Galeano lo explicó con una metáfora: 'La utopía es como el horizonte, uno se acerca diez metros y él se aleja diez metros; avanzamos otros cien metros y él se aleja otros cien metros; volvemos a caminar mil metros y el horizonte siempre está a la misma distancia, ahora mil metros...
' El estudiante, con el sentido pragmático que caracteriza a los norteamericanos y que es tan bueno para algunas cosas, le dijo: '...Pero, entonces, la utopía no sirve para nada' Y el amigo de Galeano cerró la metáfora: '¿Cómo no?, sirve para caminar'.
Efectivamente, sirve para caminar. Los sueños, las visiones, las fantasías, sirven para caminar, ¿hacia donde? Si es rumbo al sueño mejor, pero si no lo es al menos nos moveremos de nuestro sitio.
Nuestra visión deberá incluso contar con eventualidades o descalabros, si llegan éstos serán también parte de nuestro sueño, por lo tanto nos seguiremos moviendo hacia nuestra meta, hacia nuestra visión específica con visión periférica.
Pensar sentado es difícil, corriendo es todavía más difícil, pero no tanto cuando se tiene una visión por compañera. Es difícil pensar y crear futuro sin una visión, sin una meta, sin un destino justificado a través de los medios.
Cuando uno sube a un taxi y el taxista pregunta, '¿a dónde lo llevo?' uno no puede simplemente decir: 'no sé, usted conduzca y haber que pasa'.
Nadie encuentra el éxito sin sentir la pasión de crear futuro. Se empieza con un viaje a la imaginación, con fantasía pura, construyendo el sueño y el anhelo convertido en motivación, emoción y satisfacción. De inicio se trata de un paraíso lejano.
A falta de visión imaginada, a falta de destino final, nos dejaremos llevar por acontecimientos que ni siquiera se encontraban en nuestra mente y tal vez sea muy factible que, si no estamos preparados, ese sueño desaparezca y caigamos.
El líder ve el final del camino, sabe perfectamente a donde va, evita que los acontecimientos lo lleven, y al contrario, él mismo construye los acontecimientos y prefiere su visión como transporte.
El líder visualiza el fin incluso antes de imaginar los medios, sin embargo éstos siempre deben de ser justificados por sus principios y valores humanos y éticos. Es un templo sin ladrillos aún, pero completamente terminado.
El líder inicia su visión como el niño que sueña con ser bombero o astronauta, y tendrá que ser muy valiente, ya que existirán malhechores que se burlen de sus horizontes por lo que tendrá que enfrentar al miedo de sentirse iluso.
El miedo no habita en la casa del líder, si toca a la puerta, habrá que abrirle y despedirlo lo más pronto posible. El niño fantasea y nadie lo tacha de soñador. Al adulto sus fantasías le avergüenzan, como si soñar fuera una regresión infantil, y de pronto y sin darnos cuenta, la vida nos va merendando hasta que nos pide que nos rindamos ante ella.
El líder requiere dosis altas de capacidad para soñar los detalles de su visión. Cuando se visualizan los propios sueños y los vamos construyendo a placer, nos encontramos en ese preciso momento construyéndonos a nosotros mismos.
Es ahí donde inicia la magia.

martes, junio 02, 2009

Me declaro Vivo

“Saboreo cada acto. Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, entonces me portaba como los demás querían y mi conciencia me censuraba. Menos mal que a pesar de mi esforzada buena educación siempre había alguien difamándome. ¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó que la vida no es un escenario!
Desde entonces me atreví a ser como soy! Tengo amigos de todas las religiones; conozco gente extraña: vegetarianos que devoran al prójimo con su intolerancia, personas que caminan con un cartel que dicen: "Yo se más que tu"; Médicos que están peor que sus pacientes, gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, que se reúnen los domingos para quejarse por turnos, gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir.
El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo. La montaña es mi punto de referencia: ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera, yo sigo caminando imparable, soy guerrero: mi espada es el amor, mi escudo el humor, mi hogar la coherencia, mi texto la libertad, y si mi felicidad resulta insoportable, discúlpenme, no hice de la cordura mi opción, prefiero la imaginación a lo indio, es decir inocencia incluida. Quizás solamente teníamos que ser humanos. El que tú no veas los átomos, no significa que no existan. Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire tus actos. Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz. En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio.
Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; no soy un sabio, sólo un enamorado de la vida. El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los imbéciles. La educación oficial te prepara para que seas tu propia interferencia.
Es interesante ver cómo los programas educativos eligen cuidadosamente todo lo esencial para descartarlo; así, no se enseña a vivir ni a morir, a amar ni a reír. La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias. No es suficiente querer despertar, sino Despertar. La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparse porque nuestros actos incomoden a quienes duermen al lado.
Recuerda que el deseo de hacerlo bien será un interferencia; es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto; la meta no existe, el camino y la meta son lo mismo, no tenemos que correr hacia ninguna parte, sólo saber dar cada paso plenamente. No, no te resistas, ríndete a la vida, quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede, entonces se encarnan las utopías y lo imposible se pone a disposición. La mejor manera de ser feliz es: "ser feliz"; reconstruye tu raíz y saborea la vida; somos como peces de mares profundos, si salimos a la superficie reventamos.
El corazón está en emergencia por falta de amor, hay que volver a conquistar la vida, enamorarnos otra vez de ella; nuestro potencial interior aflora espontáneamente cuando nos dejamos en paz. Quizá sólo seamos agua fluyendo; el camino nos lo tenemos que hacer nosotros, mas no permitas que el cauce esclavice al río, no sea que en vez de un camino tengas una cárcel. La infelicidad no es un problema técnico, es el resultado de haber tomado el camino equivocado. Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez, amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.
El amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica. Sin amor, el síndrome de inmunodeficiencia será adquirido inevitablemente y ello es mortal. Desde mi corazón indígena sospecho que ser infeliz es una evasión. ¡Cuán fácil es hacer tonterías en este mundo moderno! Sospecho que el hombre empezó a equivocarse hace mucho tiempo, es decir que ya es tiempo de rectificar la marcha, y reorientando el paso, retomar la sagrada senda del sol.
No es posible llegar a nuestro sitio sin trascender el egoísmo; no es posible acceder a la vida plena sin haberse purgado previamente de miedos y temores. La gente está tan acostumbrada a complicarse, que rechaza de antemano la simplicidad; la gente está tan acostumbrada a ser infeliz, que la sensación de felicidad les resulta sospechosa; la gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda y el amor le inspira desconfianza. Hay cosas que son muy razonables y… apestan. Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales cuando aún estamos vacíos de amor.
Quienes no están preparados para escuchar tienen la recompensa de no enterarse de nada. Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, crea e inventa lo que necesites, haz solo lo que puedas, y fundamentalmente celebra lo que tengas. La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia, cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual, la noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo. No importa lo que digan de ti… Lo que los demás esperan de ti pueden convertirte en una cárcel; digan lo que digan de mí yo soy el que soy.

Del libro, “Me declaro Vivo” por Luis Espinoza (Chamalú), 1994